Siglo XIX en Londres

Durante el siglo XIX, Londres se transformó en la ciudad más grande del mundo y la capital del Imperio Británico. Su población pasó de 1 millón de personas en el año 1800 a 6,7 millones un siglo más tarde. Durante este periodo, Londres se convirtió en la capital global de la política, de las finanzas y del comercio. En esta posición, apenas tenía rivales hasta finales del siglo, cuando París y Nueva York comenzaron a amenazar su dominio.

Mientras que la ciudad crecía en riqueza, el siglo XIX fue para Londres también una ciudad de pobreza, donde millones de personas vivían en hacinamiento e insalubridad. La vida de los pobres fue inmortalizada por Charles Dickens en novelas como Oliver Twist.

En el año 1829, el primer ministro Robert Peel estableció la Policía Metropolitana como fuerza de policía en toda el área urbana. Esta fuerza ganó el apodo de “bobbies” o “peelers (peladores)”, nombrados así por referencia a Robert Peel.

El Londres del siglo XIX se transformó con la llegada del ferrocarril. Una nueva red de ferrocarriles permitió el desarrollo de los suburbios en los condados vecinos, desde los cuales la clase media y alta de la sociedad podía viajar hasta el centro. Si bien este hecho impulsó el enorme crecimiento hacia fuera de la ciudad, también agravó la división de clases ya que las clases más adineradas emigraron hacia los suburbios dejando a los habitantes más pobres en el centro de la ciudad.

La primera línea de ferrocarril que se construyó en Londres fue la línea del Puente de Londres hacia Greenwich, la cual se abrió en 1836. Esto continuó con la apertura de grandes terminales de ferrocarril que unía Londres con casi todos los rincones de Gran Bretaña. Entre estas estaciones están la estación de Euston (1837), la estación de Paddington (1838), la estación de Ferchurch Street (1841), la estación de Waterloo (1848), la estación de King´s Cross (1850) y la estación de St.Pancras (1863). Desde 1863 se empezaron a construir las primeras líneas de metro.

El área urbanizada de la ciudad continuó creciendo rápidamente, extendiéndose hacia Islington, Paddington, Belgravia, Holborn, Finsbury, Shoredith, Southwark y Lambeth. Hacia mediados de siglo, el sistema anticuado de gobierno local, que consistía en parroquias y juntas parroquiales, tuvo problemas para hacer frente a este rápido crecimiento de la población. En el año 1855 se creó la Junta Metropolitana de Obras Públicas para proporcionar a Londres una infraestructura adecuada para hacer frente a su crecimiento.

Una de sus primeras tareas fue hacer frente a los problemas de saneamiento de Londres. En ese tiempo las aguas residuales se bombeaban directamente al río Támesis. Esto culminó en la peste de 1858. El agua que usaba la población la cual estaba contaminada (cuyo origen era el Támesis) trajo enfermedades y epidemias a sus habitantes.

Finalmente el Parlamento dio su consentimiento a la Junta Metropolitana de Obras Públicas para construir un sistema masivo de alcantarillado. El ingeniero a cargo de la construcción del nuevo sistema fue Joseph Bazalgette. En lo que fue uno de los mayores proyectos de ingeniería civil del siglo XIX, supervisó la construcción de más de 2.100 kilómetros de túneles y tuberías en Londres para llevar las aguas residuales y el suministro de agua potable. Cuando el sistema londinense de alcantarillado fue completado, en número de muertos en Londres cayó drásticamente, y las epidemias de cólera así como otras enfermedades se redujeron.El sistema que creó Bazalgette sigue usándose en la actualidad.

Uno de los acontecimientos más famosos de Londres en el siglo XIX fue la Gran Exposición de 1851.

Esta exposición tuvo lugar en el Palacio de Cristal, y la feria atrajo a numerosos visitantes de todo el mundo, mostrando una Gran Bretaña en lo más alto de su dominio imperial.

Como capital de un imperio enorme, Londres se convirtió en un imán para los inmigrantes de las colonias y de las zonas más pobres de Europa. Una gran cantidad de población irlandesa se asentó en la ciudad durante la época victoriana, con muchos de los refugiados recién llegados de la Gran Hambruna (1845-1849) que asoló ese país. En un momento determinado, los inmigrantes irlandeses suponían alrededor del 20% de la población total de Londres. Además Londres se convirtió también en el hogar de una considerable comunidad judía, así como de pequeñas comunidades de chinos y surasiáticos que se asentaron en la ciudad.

En el año 1888, se estableció el Condado de Londres (County of London), administrado por el Consejo del Condado Londinense (London County Council). Este fue el primer órgano administrativo elegido, reemplazando a la anterior Junta Metropolitana de Obras Públicas, que había sido formada por personas ya designadas. El Condado de Londres cubría ampliamente lo que entonces eran los núcleos urbanos, que aunque inicialmente independientes, estaban contiguos y acabaron formando parte de la ciudad, aunque posteriormente superaría estos límites. En el año 1900, el contado fue sub-dividido en 28 distritos metropolitanos, los cuales tenían una administración a nivel más local.

Muchos edificios y monumentos famosos de Londres fueron construidos durante el siglo XIX. Entre ellos podemos destacar Trafalgar Square, el Big Ben, las Casas del Parlamento, el Royal Albert Hall, el museo Victoria and Albert Museum y el Puente de la Torre.