Después de este conflicto la línea de los monarcas Stuart fue temporalmente desplazada por la Commonwealth de Inglaterra (de 1649 a 1660). Ésta fue gobernada directamente por Oliver Cromwell entre el periodo de 1653 y 1659. Después de la muerte de Cromwell, la Commonwealth se vino abajo y el Convenio del Parlamento dio la bienvenida a Charles II, hijo de Charles I para que regresara del exilio y se convirtiera en rey. Este evento fue conocido como la Restauración Inglesa. Las Guerras Anglo-Holandesas fueron una serie de tres guerras que tuvieron lugar entre los ingleses y los holandeses durante el periodo de 1652 hasta 1674. Las derrotas inglesas obligaron a Charles II a firmar la paz y permitió a los holandeses el dominio de las rutas de comercio marítimo hasta 1713. El Complot Papista (1678) fue una supuesta conspiración católica (totalmente ficticia) que consistía en un manuscrito que acusaba a la Iglesia Católica Romana de aprobar el asesinato de Charles II. El argumento provocó la histeria anti-católica en Inglaterra y se produjeron aproximadamente unas 35 ejecuciones de inocentes. La expansión de Londres, más allá de los límites de la ciudad, se estableció decisivamente en el siglo XVII. En los primeros años de este siglo las inmediaciones de la ciudad, con la excepción de las residencias aristocráticas en la zona de Westminster, no eran consideradas zonas realmente saludables. Inmediatamente al norte estaba Moorfields, que recientemente había sido drenada y disponía de caminos, pero era fundamentalmente frecuentada por mendigos y viajeros, quienes lo cruzaban con el fin de llegar a Londres sin entretenerse demasiado allí. Junto a Moorfields estaban los campos de Finsbury, un lugar favorito entre los arqueros de la época. Los preparativos para la coronación del rey James I fueron interrumpidos por una grave epidemia, la cual pudo haber matado a más de treinta mil personas. La celebración del “Lord Mayor´s Show”, la cual había sido suspendida durante algunos años, fue revivida por orden del rey en el año 1609. La disolución del monasterio de Charterhouse, que había sido comprado y vendido por ciertos miembros de la corte en varias ocasiones, fue adquirido por Thomas Button por 13.000 libras. El nuevo hospital, la capilla y la escuela comenzaron a funcionar en 1611. La escuela de Chartehouse fue una de las principales escuelas públicas en Londres hasta que se trasladó a Surrey en la época victoriana, y el lugar todavía se usa como escuela de medicina.
Además de aquellos que tenían negocios específicos en la corte, un número creciente de propietarios de tierras y sus familias se trasladaban a vivir a Londres durante una parte de año simplemente por pertenecer a la vida social de la ciudad. Este fue el comienzo de lo que se conoce como “London Season (temporada de Londres)”. “Lincoln´s Inn Fields” se construyó alrededor de 1629. La plaza de Covent Garden, diseñada por el primer arquitecto inglés de formación clásica Iñigo Jones, se hizo alrededor de 1632. Las calles de los alrededores se construyeron poco después, y los nombres de calles fueron Henrietta, Charles, James, Rey y York, entre otros.
La ciudad organizó un nuevo ejército improvisado y Charles dudó y se retiró. Posteriormente, se construyó un amplio sistema de fortificaciones para proteger Londres de un nuevo ataque de aquellos que eran seguidores de la monarquía. Se trataba de una fuerte muralla de tierra, reforzada con bastiones y reductos, la cual superaba a las murallas de la ciudad abarcando todo el área urbana, incluidos Westminster y Southwark. Londres no se vio seriamente amenazado por los monárquicos, y los recursos financieros de la ciudad hicieron una importante contribución a la victoria de los parlamentarios en la guerra. La insalubridad y el hacinamiento en la City de Londres hicieron que hubiera numerosos brotes de plagas durante siglos, pero el mayor brote que se recuerda en Gran Bretaña fue el que se conoce como la “Gran Peste”. Esta plaga ocurrió en los años de 1665 y 1666 y mató alrededor de 60.000 personas, más o menos la quinta parte de toda su población. Según la crónica que escribe Samuel Pepys en su diario el 4 de septiembre de 1665 dice: “He permanecido en la ciudad hasta que he visto 7.400 muertes en una semana, y 6.000 de ellos como consecuencia de la peste. Poco ruido se escucha tanto de día como de noche, a excepción del sonido de las campanas”.
Estos planes no se pusieron en funcionamiento, y la reconstrucción de la ciudad siguió el plan que tenía antes del fuego, el cual en su mayoría ha sobrevivido hasta nuestros días. Sin embargo, la nueva ciudad era diferente de la anterior. Muchos miembros de la aristocracia nunca volvieron, y prefirieron adquirir nuevas casas en el West End, donde se construyó un nuevo distrito de moda cerca de la residencia real, como St James, lo que antes era el Palacio Whitehall hasta que fue destruido por el fuego en la década de 1690 y que después sería el Palacio de St. James. En el camino rural de Piccadilly surgieron mansiones como Burlington House. De esta manera, la separación entre la clase media mercantil de la City de Londres y el mundo aristocrático de la corte de Westminster se completó. En la propia ciudad se sustituyeron las casas de madera por edificios hechos de piedra y ladrillo, para así reducir el riesgo a incendios. Según declaraba el Acta de Reconstrucción de Londres de 1666: “el edificio de ladrillo no es sólo más hermoso y duradero, sino que además es más seguro ante posibles incendios”. A partir de entonces, sólo los marcos de las puertas, los marcos de las ventanas y las fachadas de las tiendas podían hacerse de madera.
En este momento, la ciudad de Londres se estaba convirtiendo en el centro financiero líder del mundo, reemplazado a Ámsterdam en primacía. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694, y la Compañía de las Indias Orientales comenzó a ampliar su influencia. “Lloyd´s of London” también comenzó a operar a finales del siglo XVII. En 1700 Londres manejaba el 80% de las importaciones de Inglaterra, el 69% de sus exportaciones y el 86% de sus re-exportaciones. Muchos de los bienes eran productos de lujo de América y Asia como seda, azúcar, té o tabaco. Aquí se comerciaba con mercancías que podían ser importadas y exportadas sin tener que pagar ningún tipo de impuesto por ello. En Londres había muchos artesanos en el siglo XVII, y aunque se abrirían algunas grandes fábricas, la importancia económica de la ciudad nunca se basó principalmente en la industria. En su lugar, la ciudad era un gran comercio y un centro de redistribución. Los bienes se llevaban a Londres por la cada vez más dominante marina mercante, pero no sólo para satisfacer la demanda doméstica, sino para hacer una re-exportación a toda Europa, e incluso más allá.
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